Adán Augusto, el talibán incómodo
23 Dic 2024

Adán Augusto, el talibán incómodo

Opinión de Roberto Rock Lechón | Debate |

De talante mercurial, sangre incendiada por el trópico, rehén de sus emociones, el líder del oficialismo en el Senado, Adán Augusto López, ha comenzado a caminar en el vacío. Bajo sus pies se diluye el frágil apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum, y su propio paisano, Andrés Manuel López Obrador, parece haberlo soltado de la mano.

En tales circunstancias, López Hernández decidió doblar su apuesta al ventilar supuestas irregularidades en la cámara alta durante el periodo que condujo Ricardo Monreal, no sólo su correligionario y homólogo de Diputados, sino un aliado de coyuntura durante la contienda interna en Morena, a mediados del 2023, por la candidatura presidencial -que Adán Augusto peleó con malas artes- y de la capital del país, que en varias ocasiones ofreció al político zacatecano alegando, falsamente, que hablaba por Palacio.

Esta pretendida operación fue desmantelada cuando eventualmente el propio López Obrador convocó a Sheinbaum y a Monreal a sentarse a negociar. El resultado fue un giro evidente del ahora coordinador de Morena en San Lázaro, que se disciplinó a lo que los tiempos marcaban.

Las reglas del juego de aquella contienda destinaban la coordinación de la mayoría en el Senado para quien hubiera llegado a la final. La ahora presidenta Sheinbaum honró ese pacto, pero sobran indicios de que nunca depositó su confianza en Adán Augusto. Prueba de ello fue que pidió al entonces dirigente de Morena, Mario Delgado, no abandonar esa posición para buscar un cargo de elección popular, pues ello habría llevado al partido oficial a las manos de “Los López”, a través de uno de ellos: Adán Augusto.

Este último buscó llegar al Senado montado en la misma cresta de la ola que lo había llevado al viejo Palacio del Covián. Fue un error de cálculo elemental. Líderes opositores en el Senado recuerdan todavía con algo de estupor cuando el líder del oficialismo les dijo en privado, tras las primeras semanas de la legislatura por terminar, que estaba “harto de sus escándalos” y que llamaría a la fuerza pública para desalojarlos si no se moderaban en tribuna, sobre la cual ordenaba frecuentemente apagar el micrófono para sabotear posturas que le irritaban.

Esta actitud se expresó también contra los integrantes de la propia bancada oficialista, cuando en la segunda semana de noviembre pasado se obligó a los senadores de Morena y sus partidos satélite a definir la reelección de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Ibarra, no en votación libre y secreta, sino tras una mampara y abriendo su boleta a los ojos de un inspector designado por el coordinador.

Pero la correlación de fuerzas que dio sustento a Adán Augusto muestra un reflujo con tintes de dramatismo. A su deterioro en el Senado se suma ahora la emergencia de un pasado espinoso.

En el peor momento para su causa, la crisis política y de seguridad en Tabasco y Chiapas, estados en los que tuvo influencia durante décadas, comienza a pasarle también factura a López Hernández, cuyo nombre y el de aliados claves -como los exgobernadores Carlos Merino, eterno subordinado, y del chiapaneco Rutilio Escandón, su cuñado- resaltan en escándalos por la penetración del crimen organizado en la política regional durante sus respectivas gestiones.

Dichas entidades cuentan nuevamente con gobernantes surgidos de las filas de Morena, pero pertenecen a bandos políticos ajenos -si no es que adversos- al actual líder senatorial y exgobernador tabasqueño. Por motivos propios o por recomendación superior, ni Javier May, en Tabasco, ni Eduardo Ramírez, en Chiapas, comulgan con quien fuera mandatario de la primera entidad apenas 18 meses, entre 2019 y 2021, lapso durante el cual, según se le atribuye, estableció un pacto entre las mafias del crimen organizado y los cuerpos de seguridad estatales, sujetos a una cofradía denominada “La Barredora”.

Es por ello que todo el ruido que acompaña estas historias puede estar marcando la hora final de Adán Augusto.


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