Contrabando de armas y extradiciones
2 Mar 2025
Opinión de Onel Ortiz Fragoso | El Heraldo de México |
En el complejo tablero de las negociaciones de aranceles entre México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum realizó dos jugadas importantes: una de carácter estratégico y otra de orden táctico.
La primera, ante la decisión unilateral de Estados Unidos de designar a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas transnacionales, amplió las demandas contra las empresas fabricantes de armas cuyos productos son utilizados por los narcotraficantes mexicanos. La segunda, la extradición simultánea de 29 narcotraficantes de alto perfil, presos en diversas cárceles mexicanas, entre ellos Rafael Caro Quintero, presunto secuestrador, torturador y asesino del agente de la DEA, Enrique Camarena.
Uno de los principales eslabones del crimen organizado es el contrabando de armas. Se sabe que el 70 % de las armas utilizadas por los cárteles son fabricadas en Estados Unidos. Por investigaciones periodísticas, se ha documentado que las armas son compradas en armerías legales con requisitos mínimos por ciudadanos norteamericanos; también se sabe que en Estados Unidos existe un gran mercado de armas de segunda mano, donde todavía es más fácil adquirirlas y más difícil identificar y seguir a los compradores.
Clubes de motociclistas, intermediarios de la droga, son los encargados de llevar cargamentos de armas y municiones de todo tipo y calibre al lado mexicano. De ahí, las armas norteamericanas llegan a manos de sicarios y narcotraficantes en todos los rincones del país.
La ley estadounidense obliga a las autoridades a identificar, investigar, congelar cuentas y sancionar a empresas y personas que vendan armas a organizaciones terroristas; es decir, podemos utilizar las propias leyes y sus acciones para poner en el centro de la atención de las autoridades estadounidenses la venta y el contrabando de armas a México. Los resultados de haber ampliado la demanda en contra de armerías estadounidenses tendrán efectos en el mediano y en el largo plazo.
La extradición de 29 narcotraficantes de alto perfil a Estados Unidos puede generar muchas hipótesis y conjeturas, pero hay consenso en señalar que esta acción tiene como propósito ser un factor en la negociación de aranceles a productos mexicanos, porque es una clara muestra de la voluntad del gobierno mexicano de combatir el narcotráfico y hacer frente a la impunidad.
De una manera espectacular, el gobierno de Claudia Sheinbaum le proporcionó a Donald Trump una oportunidad inmejorable para que el presidente norteamericano presente resultados tangibles al electorado que lo regresó a la Casa Blanca a partir del 20 de enero.
Particularmente, la entrega de
Rafael Caro Quintero,
líder del cártel de Guadalajara, quien desde hace 40 años era solicitado por las autoridades norteamericanas. La pregunta que flota en el ambiente es: ¿La extradición de estos narcotraficantes será suficiente para convencer a Trump de no imponer aranceles? Lo sabremos el martes. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.