Narcos Gringos
23 Feb 2025
Opinión de Onel Ortiz Fragoso | El Heraldo de México |
En el complicado proceso de negociación entre México y Estados Unidos en materia de aranceles, migración y narcotráfico, particularmente en el tráfico de fentanilo, se ha omitido una variable fundamental: las bandas, personajes y cárteles estadounidenses de la droga. Las preguntas son de fácil formulación, pero de difícil respuesta: ¿Qué ocurre con las drogas cuando llegan a territorio estadounidense? ¿Quién las distribuye, cómo y cuándo? ¿O será que, por arte de magia, llegan a las calles, bares, clubes o escuelas? ¿Quiénes son los narcos gringos? ¿Cuáles son los principales cárteles estadounidenses?
Busco en Internet y encuentro poca información al respecto, especialmente en comparación con otros temas triviales; ni qué decir del mundo del espectáculo. Consulto el sitio web de la DEA. Hay abundante información sobre narcotraficantes y cárteles mexicanos, pero poca sobre las bandas y jefes de la droga en Estados Unidos. La información más reciente y de carácter general sobre este tema corresponde a 2019.
Le pregunto a ChatGPT. La inteligencia artificial me da nombres de personajes de los años setenta y ochenta, como Frank Lucas, George Jung (“Boston George”), Demetrius y Terry Flenory, fundadores de la “Black Mafia Family”; James Burke y Ricky Ross, mejor conocido como “Freeway Rick”.
Por fortuna, encontré el libro Narcos Gringos, cuyo título tomo prestado para esta columna, de Jesús Esquivel, periodista mexicano que por años se ha especializado en el tema del narcotráfico en Estados Unidos.
Jesús Esquivel coincide con otros especialistas en señalar que en Estados Unidos no existen cárteles al estilo mexicano o colombiano, o dicho de otra manera: los narcos gringos —que los hay, y muchos, además de muy poderosos— se organizan bajo las estrictas leyes del capitalismo: la oferta y la demanda.
No hay lealtades al estilo mexicano o colombiano, sino compradores al mayoreo que, mediante complejos mecanismos, distribuyen las diferentes drogas a múltiples narcomenudistas, quienes las hacen llegar a las calles, clubes, bares, discotecas y demás espacios de venta al menudeo.
Los grandes compradores de drogas gringos tienen un perfil muy diferente al del narco mexicano. Son más discretos y se confunden fácilmente con la clase media alta o con los hombres de negocios. Su objetivo es no llamar la atención.
La distribución de drogas al detalle, según diversos estudios, corre a cargo, entre otros, de integrantes de los clubes de motociclistas, quienes, por su estilo de vida, recorren buena parte de la geografía estadounidense sin ninguna restricción; también participan integrantes de bandas urbanas de las principales ciudades, así como personas de apariencia común y corriente que son difíciles de ubicar o de relacionar con el mundo de las drogas. La fragmentación en la distribución impide los grandes decomisos de droga en territorio estadounidense y, además, las autoridades omiten mencionar los nombres de los narcotraficantes cuando son ciudadanos estadounidenses, particularmente si son de origen anglosajón. De cara a la negociación en curso, si Estados Unidos no mejora su inteligencia y protocolos para impedir el narcotráfico en su territorio, cualquier esfuerzo será inútil. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.
@ONELORTIZ