Olinia podría ridiculizar a empresarios
11 Oct 2024Opinión de Carlos Mota / El Heraldo /
Durante muchas décadas México, y particularmente sus empresarios grandes, dejaron ir una oportunidad de oro que pudo ser un gran negocio: el lanzamiento de una marca mexicana de autos.
Desde la primera mitad del Siglo XX México tuvo acceso a inversiones de Volkswagen, Nissan, General Motors, Ford y Chrysler. Pero no hubo ningún exalumno de esa automotriz, ningún ingeniero o empresario al que se le ocurriera levantar capital y organizar una propuesta para un auto mexicano.
Luego, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y ahora con el T-MEC, llegaron en los últimos 25 años más inversiones de empresas japonesas, coreanas, alemanas… Y, de nueva cuenta, tampoco surgió el espíritu ni la coordinación empresarial suficiente para que fuese lanzado un vehículo de marca nacional. Durmieron.
Ahora estamos ante la inundación de autos chinos, que nos abofetean en la cara la noción de lo que sí se podía: los empresarios de aquel país sí supieron absorber conocimiento, levantar capital, y crear marcas con las que ahora nos seducen. Gran lección.
Por eso resultaría sumamente aleccionador si el Gobierno de Claudia Sheinbaum materializa la propuesta de crear un auto compacto eléctrico mexicano, al que la Presidenta se refirió de nueva cuenta ayer: “¿qué necesitamos para que eso ocurra?
Juntar a las mentes científicas, tecnológicas […] en la UNAM, en las universidades de los Estados, en el Tecnológico Nacional de México, en el Instituto Politécnico Nacional […] juntarlos para que haya este desarrollo.” El auto se llamará Olinia.
El riesgo de este emprendimiento es elevado. Si 100 científicos de esas universidades se juntan para desarrollar un auto eléctrico, puede que el prototipo les quede de ensueño; pero eso no se traduce en una correcta mercadotecnia ni distribución. Una empresa automotriz es algo muy complejo que debe regirse por las leyes del mercado (excepto si el Gobierno termina por otorgar los autos producidos a personas vulnerables o algo así, entonces estaríamos hablando de un mercado paralelo sin mecanismos competitivos de satisfacción del cliente).
Pero si pensamos positivamente y Sheinbaum logra materializar adecuadamente este emprendimiento, dejará en ridículo a la clase empresarial mexicana, que nunca logró aglutinar una propuesta de esta naturaleza, pudiendo hacerlo, como sí lo lograron los chinos. Sería una lección muy dura y notoria.
SUKARNE
Ha avanzado este año la consolidación de la presencia de la firma SuKarne, de Jesús Vizcarra, en el mercado brasileño. En ese país ya es la importadora de carne de bovino más grande; el cuarto importador de pollo y el décimo quinto de cerdo. En los últimos dos años se incrementó de 5 a 7 por ciento la importación de proteína animal brasileña hacia México.
POR: CARLOS MOTA
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